Monumentos

En este apartado podrás ver una pequeña muestra de los principales monumentos que se pueden visitar en nuestra localidad. Si pinchas sobre las fotografías abrirás una galería en la que podrás ver más en detalle cada uno de ellos.

Arco de la Malena

Construcción medieval que servía para cerrar al enemigo la única puerta de acceso existente al núcleo urbano, el llamado ‘barrio del Castillejo’.

En sus almenas se colocaban de guardia los soldados encargados de defender el lugar. Con el paso de los años ha sufrido varias modificaciones, aunque conserva su estructura original.


Casa Museo de los Parada

En su fachada luce el escudo del linaje de los Parada, señores de la casa, quienes repartían su influencia entre varias localidades adyacentes a Tarancón. Originariamente poseía una de las fachadas más singulares de la ciudad con su paramento de piedra del siglo XVIII, portada con baquetones en las jambas y arco adintelado.

La casa sirvió de alojamiento a importantes personajes de la realeza, entre ellos Carlos V, o la mismísima reina Isabel ‘la Católica’.


Iglesia del Convento de los Padres Franciscanos

Es el último resto que queda del que fuera el mejor convento que tuviera la orden de los Capuchinos en toda Castilla. Se construyó en el siglo XVIII, dirigiendo las obras Juan de Arruza, autor del giraldo de la catedral de Cuenca. Consta de una nave con capillas laterales y bóveda de cañón; su crucero está cubierto con bóveda de media naranja. Los muros son de mampostería con sillería de piedra en las esquinas, en el de poniente se levanta una espadaña con cornisa de ladrillo, tradicional de Toledo.

El altar mayor se encuentra bajo la advocación del padre Eterno. En 1942 se entrega en usufructo perpetuo a los Franciscanos menores, que posteriormente restauraron la iglesia.


Monasterio de los Padres Somascos

Construído en los terrenos sobre los que se hallaba la Casa vieja de los Cano sirvió de convento a unas monjas ursulinas y colegio a las niñas del lugar. La capilla, hoy dedicada al culto ortodoxo, sería la última pieza en construírse del Monasterio. Obra del arquitecto madrileño D. José Urioste y Velada, autor del proyecto de la Necrópolis de la Almudena y otras muchas obras en la capital. La Iglesia dedicó el culto al Sagrado Corazón de Jesús, cuya imagen se situó en el altar mayor, tallado todo él en madera. En los laterales, distintos altares con retablos de gran riqueza de los que nada se conserva a día de hoy.

En 1930 marcharon las Ursulinas a Francia y se hicieron cargo las Mercedarias de la Caridad; tras estas llegaría la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús, quienes rehacen la construcción dando lugar al edificio que conocemos hoy. En los años cincuenta se establecen en él  los Padres somascos, y con ellos su seminario.


Iglesia Parroquial de la Asunción

En el barrio del Castillejo se alza majestuosa la Iglesia de la Asunción. Se llega a ella traspasando el ‘Arco del la Malena’. Su construcción de estilo románico data del siglo XII, aunque se transformó en gótica en el siglo XV. A finales del siglo XVI se realiza el ensanche del que resultó una iglesia de tres naves con crucero no señalado en planta; se construyó la sacristía y se abrieron las puertas laterales. Entre 1705 y 1730 se construyó la torre, conocida en la zona como la giralda manchega” y coronada, ya entrado el S. XIX, por Artiaga.

En su interior destaca una joya del arte plateresco, el retablo situado en el altar mayor y dedicado a la Asunción de la Vírgen, titular de la Parroquia. Obra de Pedro de Villadiego fue terminado hacia 1569, resultando una magnífica obra en la que destacan los grotescos que cubren frisos, pilastras y columnas, de fina ejecución y maravillosa policromía. En 1936 intentaron arrancarlo para quemarlo, resultando empresa imposible, aún así desapparecieron las tallas de la Asunción y otras doce menores.


Mural de Parés

En la fachada del edificio que albergó en un pasado no muy lejano el Ayuntamiento podemos observar el escudo de la ciudad y un bajorrelieve en piedra, de igual talla que el frente del balcón consistorial. Si nos fijamos bien veremos que representa ciertas escenas de lo que era la vida cotidiana en Tarancón, el trabajo en el campo y, por tanto,  la agricultura. Todo este ornamento es obra del escultor Jose Luis Parés, autoría nada baladí, ya que podemos disfrutar también de otras de sus creaciones en la Catedral de la Almudena de Madrid.


Palacio del Duque de Riánsares

Es sin lugar a dudas uno de los edificios más importantes de la ciudad. Presenta planta rectangular con dos alturas y buhardilla; las habitaciones se sitúan en torno a un patio central con columnas toscanas. Fue construído en el año 1845 por D. Fernando Muñoz, proclamado Duque de Riánsares y Marqués de San Agustín tras desposar a la viuda de Fernando VII, la reina regente Mª Cristina de Borbón y Borbón. Se cree que las obras estuvieron revisadas por el Arquitecto de la Corte Pascual y Colomer, responsable entre otros monumentos de la construcción del Palacio de las Cortes, edificio que acoge el Congreso de los Diputados. No en vano se decía que su arquitectura no tenía nada que envidiar a los principales edificios de la Corte.

La Reina y el Duque pasaban algunas temporadas en nuestra localidad. En el Palacio se hicieron grandes fiestas cortesanas, hasta la muerte del Duque. En este momento se produce un cruel abandono y es despojado hasta de sus enseres. La reja que delimitaba el perímetro de sus jardines y el patio de armas desapareció en los años 30.

Tras varias idas y venidas, pues fue usado como juzgados, como cuartel, escuelas infantiles y escuela de música se emprende su restauración y acondicionamiento en el año 1993. Reabrirá sus puertas con todo su esplendor como Consistorio en el mes de mayo del año 2003.